La consultoría organizacional, un camino de transformación en doble sentido: “para verte y para verme”

¿Qué cambia cuando acompañas procesos de transformación después de haber vivido tu propia transformación personal? ¿Qué ocurre en el trabajo con otros cuando te has visto a ti mismo?

La consultoría organizacional con enfoque humano implica pasar por tu propio autodescubrimiento, autogestión y transformación.

Acompañar a las organizaciones y a los seres humanos en sus procesos de transformación es un desafío. Mover los propios límites de aprendizaje, provocar reflexiones y vivirlas también, diseñar espacios y procesos de aprendizajes para que ese otro se mire e inevitablemente verse a uno mismo es un camino para involucrarse con las personas y nutrirse de sus experiencias, tener una nueva mirada y configurar una manera particular de vivir el mundo de la consultoría, no sólo una profesión, sino un proceso continuo de aprendizaje y transformación.

 Autodescubrimiento

Para los consultores y demás profesionales comprometidos con el trabajo y las personas en las organizaciones, comprendemos que el objetivo de nuestra tarea es ante todo el autodescubrimiento, la investigación de nuestras áreas más sensibles, y así esclareces un poco nuestras sombras.

Autogestión

Revisarse a sí mismo, reflexionar y actuar en coherencia, mantener unos principios y creencias con la intención de ser mejor y así acompañar a otros que están en tránsito hacia la transformación.

Como bien recitaba uno de mis maestros:

“Cuando hayamos llegado a nuestro destino no seremos las mismas personas que iniciamos la travesía, y el cristal con el que miramos el mundo que nos rodea habrá cambiado.  Esta nueva forma de interpretar nuestra realidad nos dotará de una fuerza interior que actuará como un verdadero ejército de defensa comandado por un general llamado AUTOGESTION.”

 La propia transformación

En mi caso, la experiencia de acompañar líderes, equipos y organizaciones durante más de 25 años enseña que irremediablemente la transformación empieza por uno mismo.

 Como bien relata este hermoso fragmento de Calimna y Dinma:

“Era costumbre entre los antiguos, que cuando los reyes querían demostrar sus elevadas virtudes bajo el cielo, empezaban por gobernar y dirigir sus países. Pero antes de decidirse a gobernar y dirigir sus países, empezaban por organizar sus hogares. Y antes de organizar sus hogares, empezaban por organizar sus propias vidas. Y antes de organizar sus propias vidas, empezaban por sanear sus corazones. Y antes de sanear sus corazones, se consagraban a cultivar sus inteligencias para elevarse así a la cima del saber. Y llegar a la cima del saber significa llegar al conocimiento íntimo de las cosas. Y cuando llegan al conocimiento íntimo de las cosas ya quedan capacitados para pensar bien, luego, sanear sus corazones, poner orden en sus vidas, en sus hogares y, finalmente, para dirigir y gobernar bien sus naciones.”

La reflexión empieza por la propia revisión personal. Como consultora y como persona abro mi conocimiento, experiencia y mi corazón para acompañar y compartir mi propio proceso de transformación.

 ¿Qué reflexiones te gustaría compartir de tu experiencia de trabajo con las personas en las organizaciones? ¿Qué transformaciones personales has vivido que te han permitido ser un mejor profesional?

Por: Maria Elena Vargas

Socia Fundadora de Grupo Consultoría